El agua de lluvia, un recurso disponible.
En España disponemos de edificios e infraestructuras creadas ya en la Edad Clásica que ilustran la importancia del aprovechamiento del agua de la lluvia en países del ámbito mediterráneo como es el nuestro. Y es que el agua de lluvia es un recurso alternativo para el suministro de agua en los edificios y viviendas que resulta de especial interés medioambiental y económico. Particularmente allí donde el agua disponible es escasa y/o donde ya tiene una tarifa ajustada a su coste real, de acuerdo a los preceptos de la Directiva Marco del Agua.
Existen multitud de aplicaciones diarias que no requieren una calidad de agua potable y para las cuales el agua de lluvia es una alternativa eficaz y adecuada: cisternas de inodoros, lavado de ropa, riego, limpieza. Aplicando estas medidas se puede reducir un 40% el consumo de agua de nuestros hogares.
Las aguas pluviales recogidas, filtradas y almacenadas de forma adecuada, representan una fuente alternativa de agua de buena calidad que permite sustituir el agua de consumo en determinadas aplicaciones y de esta forma contribuyen al ahorro de este recurso.
Las aguas de lluvia pueden ser empleadas para diversas aplicaciones, siendo las más habituales:
Interior de los edificios:
• Cisternas de inodoros
• Lavado de los suelos
• Lavadora (en el uso del agua pluvial para lavadoras, se aconseja un tratamiento
complementario, según las especificaciones del fabricante.
Exterior de los edificios:
• Riego de zonas ajardinadas
• Lavado de los suelos
• Lavado de vehículos
Usos industriales:
Se recomienda un estudio para cada aplicación, por ejemplo:
• Limpieza de superficies y vehículos industriales
• Depósito de almacenamiento de agua contra incendios
• Riego
Previo a la entrada en los depósitos de acumulación y recuperación de agua de lluvia, las aguas pluviales deben ser filtradas para evitar la entrada de suciedad en los depósitos de almacenaje que pueden causar averías de funcionamiento del sistema, empeorar la calidad del agua almacenada o conllevar costes de mantenimiento innecesarios.
Se puede distinguir tres tipos de filtros de agua en función de su ubicación:
Filtros de agua para la instalación en bajantes.
Filtros de agua para la instalación en depósitos de agua.
Filtros de agua para la instalación individual (en arquetas, enterradas o en superficie).
Con respecto al principio de funcionamiento existen dos tipos básicos:
Filtros con expulsión de la suciedad “autolimpiantes”.
Filtros con acumulación de la suciedad.
Criterios básicos del depósito de recogida de agua de lluvia.
El agua debe almacenarse en el depósito de agua, previamente filtrada y limpia de toda suciedad. El depósito de agua debe ser exclusivamente para ese uso, en un sistema de reaprovechamiento de agua de lluvia, y su material no debe alterar en ningún caso la calidad del agua almacenada.
Para la mejor conservación del agua, es recomendable proteger al depósito de recuperación de agua de lluvia de la luz ultravioleta y del calor. Estos cuidados deben extremarse en los depósitos de agua en superficie al exterior. La solución más recomendable en la mayoría de las ocasiones son los depósitos de agua soterrados.
Es imprescindible mantener un registro o arqueta de entrada al depósito de agua, para permitir su inspección, limpieza y mantenimiento, así como asegurar la prevención de su acceso a personal no autorizado.
